Un industrial checo, cliente del Gabinete d’Ormane entregó piezas de recambio para maquinaria de construcción a una empresa francesa, filial de un gran grupo internacional. Importe del contrato: 28.000 €. Tras validación del control de calidad, la sociedad se niega, sin embargo, a recibir la entrega argumentando que tiene lleno el stock, ¡la crisis hacía las piezas inútiles!

Tras varios meses de discusiones entre el industrial y su cliente, se encargó al Gabinete d’Ormane que recuperara la deuda.

Para acelerar el cobro, nuestro Gabinete buscó en primer lugar un acuerdo amistoso. Trabajo perdido. El deudor seguía negándose a hacerse cargo de la entrega de las piezas fabricadas, de conformidad a su pedido.

Como contaba con todos los documentos justificativos, el Gabinete d’Ormane interpuso una demanda judicial.

El único riesgo eventual identificado: la eventual voluntad del deudor de sustraerse a sus obligaciones gracias a la utilización abusiva del sistema judicial francés.

Afortunadamente, el riesgo no se materializó porque el Gabinete d’Ormane supo desarrollar los argumentos decisivos, pruebas de apoyo, ante el servicio jurídico del deudor, que ya se había convertido con el tiempo en su interlocutor.

En cuanto recibió la notificación, de manos del agente judicial, del mandamiento judicial de requerimiento de pago dictado por el Tribunal de Comercio, el departamento jurídico de la constructora efectuó el pago. Había recibido previamente la confirmación de la entrega de las piezas, inmediatamente después del pago de la deuda.

el asunto, rápidamente saldado a entera satisfacción de nuestro cliente, demuestra de manera evidente, nuestra capacidad para actuar con éxito en un contexto internacional, independientemente del tamaño de la empresa deudora, e incluso aunque se trate de un gran grupo mundial.

La lógica del más fuerte se desvanece ante la aplicación argumentada del derecho.